MARÍA ROSA MÍSTICA: UN MANANTIAL DE AMOR
Ella es hermosa, dulce, perfumada, como las rosas que porta en
su pecho. Ella es sabia, porque
su sabiduría es celestial. Ella es santa porque Dios la escogió para ser la
Madre de Su Hijo Jesús. Ella es heroica porque aún sabiendo que podía ser lapidada aceptó ser madre sin
estar casada. Ella es María, la Rosa Mística, un manantial de amor.
De María, la Madre de Jesús, se sabe muy poco o mejor dicho,
prácticamente nada. En el Protoevangelio de Santiago (de los Evangelios Apócrifos o secretos), se ha
tomado el nombre de sus progenitores, Joaquín y Ana. En ellos se dice que su
nacimiento también fue milagroso, porque sus padres no habían podido tener
hijos y ya estaban muy entrados en años. Joaquín un día fue a hacer una ofrenda
en el Templo de Jerusalén y el sumo sacerdote Rubén le espetó: “No se te
permite traer tus ofrendas porque no has engendrado un hijo en Israel”. Joaquín
salió del lugar muy humillado y se fue al desierto donde levantó su tienda y
ayunó durante 40 días y 40 noches, pidiendo a Dios que lo fuera a visitar. Ana,
su mujer, muy mortificada por lo ocurrido, pidió a Dios que le concediera ser
madre. Y un día, un Ángel del Señor se le apareció y le dijo: “Ana, el Señor ha
escuchado tu plegaria, concebirás y darás a luz una hija y se hablará de tu
primogénita por toda la Tierra”. El Ángel también se le apareció a Joaquín, y
al regresar concibieron a María, la cual fue consagrada al Señor, y luego de
tres años la llevaron al templo donde se crió, y “recibía el alimento de la
mano de un ángel”.
Sin embargo, los Evangelios Canónicos de Mateo y Lucas sólo
hacen referencia a que María era una virgen de Nazareth, desposada (en nuestro
tiempo puede explicarse como comprometida en matrimonio) con José, un
carpintero del mismo pueblo. Las historias de la Anunciación y del Nacimiento
del Mesías son ya conocidas.
María aún en vida, inicia una serie de prodigios y
manifestaciones, que se extenderán hasta el presente a lo largo y ancho del
mundo, siendo su primera aparición en España en el año 40 al apóstol Santiago,
quien muy triste por el fracaso en ese país, sintió desfallecer y ella se le
apareció con un pilar de jaspe traído por ángeles. A partir de allí, España se
abrió a recibir con beneplácito la Buena Nueva del Evangelio de Jesús.
La Rosa Mística, a quien he dedicado esta reseña de hoy por
celebrarse mundialmente su día, se apareció en Montichiari, Italia, en la
primavera de1947, después de la Segunda Guerra Mundial, a la enfermera Pierina
Gilli, en el hospital donde trabajaba. La Hermosísima Señora se presentó ante
la vidente, vestida con una túnica morada, su cabeza estaba cubierta por un
velo blanco y su pecho estaba atravesado por tres espadas. De sus ojos brotaban
abundantes lágrimas que caían al suelo y en ese momento sólo pronunció tres
palabras: Oración, Penitencia, Reparación
y luego desapareció.
El 13 de junio del mismo año, Pierina vuelve a ver a la Bella Dama.
Esta vez, vestía de blanco y en lugar de tres espadas, tenía en su pecho tres
rosas: una blanca, una roja y una dorada.
La enfermera no salía de su asombro y le preguntó: “Por favor, dígame quién
es usted…”. La señora respondió: “Soy la
Madre de Dios y la Madre de Todos vosotros…” La Virgen hizo una breve pausa y luego
prosiguió: “Nuestro Señor me envía para
implantar una nueva devoción mariana en todos los Institutos así masculinos
como femeninos, en las Comunidades Religiosas y en todos los sacerdotes. Yo les
prometo que si me veneran de esta manera especial, gozarán particularmente de
mi protección, habrá un florecimiento de vocaciones religiosas, menos
deserciones y una gran santidad en sus miembros…Deseo que el 13 de cada mes se
me consagre mariano y los doce días precedentes sirvan de preparación con
oraciones especiales”.
El rostro de la divina Madre se iluminó con “inefable alegría” y
continuó: “En este día derramaré
sobreabundancia de gracias y santidad sobre quienes así me hubieran honrado.
Deseo que el 13 de julio de cada año, sea dedicado en honor de la “Rosa Mística”,
es decir la “Rosa Misteriosa”.
Ese mismo 13 de junio, la Virgen le explica a Pierina el
significado de las tres espadas y de las
tres rosas, que la vidente había visto en su pecho:
·
La
primera espada significa la pérdida culpable de la vocación sacerdotal o
religiosa.
·
La
segunda espada, la vida en pecado mortal de personas consagradas a Dios.
·
La
tercera espada, la traición de aquellas personas que al abandonar la vida sacerdotal
o religiosa, pierden también la fe y así se convierten en enemigos de la
Iglesia.
Igualmente, le explica el simbolismo de las rosas:
·
La
blanca, espíritu de Oración.
·
La
roja, espíritu de Reparación y Sacrificio.
·
La
amarilla o dorada: espíritu de Penitencia.
A partir de aquel momento, muchos milagros, prodigios y
conversiones han ocurrido en Italia y el mundo donde la imagen de la Virgen
Rosa Mística ha llegado. Son mundialmente conocidas las lágrimas naturales y de sangre de sus
imágenes y la emanación de aceite, así como un hermoso fenómeno muy popular en
Venezuela y otros países, como lo ha sido la aparición de escarchas (brillantinas)
de distintos colores, en imágenes, personas y lugares donde se le rinde
devoción.
María Rosa Mística: Ruega a Jesús por nosotros.
Así le piden sus devotos por sus naciones y por el mundo entero.
Valga este artículo para hacer un llamado al amor y a la unidad, al bien y a la
paz, a la reconciliación de nuestra patria Venezuela y la de todos los pueblos
del mundo, ese es el deseo de la Madre del Cielo. Un beso, un abrazo y una
sonrisa.